miércoles, 3 de junio de 2009

La Comunicación Social como disciplina de estudio

En las últimas décadas se puede observar cómo la actividad que compete al campo de la Comunicación Social, con sus diferentes áreas bien diferenciadas, se ha convertido en una disciplina de estudio a nivel universitario, tanto en nuestro país como en muchos otros del mundo; incluyendo en ello a los departamentos especializados de algunas universidades de gran prestigio internacional.
Se otorgan incluso doctorados o master a manera de post-grados, para graduados en comunicación. Todo ello demuestra, sin lugar a dudas, la notoria importancia social de quienes realizan trabajos comunicacionales, ya sean periodistas de medios, quienes se dedican a la actividad publicitaria, los especialistas en comunicación institucional, los relacionistas públicos, graduados en cine y artes visuales, y tantas otras facetas que conforman este amplísimo universo que es la Comunicación.
A fines de los años ’60, cuando comenzaba mi carrera de Licenciatura, que por entonces se denominaba de “Periodismo y Ciencias de la Información” y tenía tres años de cursado, en una universidad privada de Rosario (Santa Fe - Argentina), casi no existían universidades, ni públicas ni privadas, que tuvieran en cuenta esta actividad en su currícula. Sí existían, sin embargo, algunos estudios del área a nivel terciario y algunos que se impartían en “academias” privadas de dudoso nivel y prestigio. Poco a poco, surgieron profesionales titulados, formados no sólo a partir de la experiencia práctica, como el personal que se desenvolvían en estas áreas en aquellos años.
Hacia los años ’70, y especialmente en los ’80, una serie de universidades públicas de Argentina y las nuevas universidades privadas que surgieron, incorporaron a la comunicación como disciplina curricular, dentro de sus cuadros académicos. En las últimas décadas, esto se acrecentó notoriamente.
Paralelamente, el propio campo de la Comunicación Social fue diversificándose, abarcando diferentes y numerosas especialidades dentro de la misma carrera, tal como sucedió, por ejemplo, en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba, donde luego de tres años comunes en la carrera, los estudiantes deben elegir entre cinco especializaciones diferentes para el cursado de los dos últimos años de la Licenciatura. 
En la actualidad, no obstante la proliferación de estudios de nivel superior, en la propia actividad, sobre todo en el periodismo gráfico o radial, las tareas están desempeñadas por comunicadores no profesionales, lo cual dificulta mucho a los jóvenes egresados conseguir un trabajo en los limitados medios existentes. A pesar de esto, lentamente se está produciendo una decantación y una renovación en tal aspecto, a medida que quienes se retiran de la actividad dan paso a la nueva generación de profesionales de la comunicación. Además, la actual formación profesional de un comunicador amplía los horizontes laborales a espacios diferentes a los medios tradicionales, como por ejemplo agencias de comunicación, relaciones públicas o institucionales, productoras especializadas de material audiovisual, radial o gráfico, todo esto en el marco institucional o empresario, aunque también presente en el campo de lo cultural, lo literario y también, por qué no lo artístico y lo educacional.
Este proceso en el desarrollo de la Comunicación como disciplina profesional denota la relevancia que han adquirido, y siguen haciéndolo, quienes, por vocación o derrotero de la vida, emprenden el estudio de la comunicación humana y social, herramienta imprescindible e insoslayable en la multiforme sociedad del siglo 21, caracterizado por los constantes avances tecnológicos.

Lic. Jorge Giménez Dreller